Las obras de primera fase de restauración de las murallas han recuperado esta torre hasta su altura original. Pero además, estos trabajos han puesto al descubierto la aparición en el interior de la torre la forma original de esta torre que muestra un tamaño bastante más reducido, con una planta poligonal de diez lados, en vez de los cinco paños que se muestran en la actualidad.
Las características de la fábrica de la torre de Santiago muestran una tipología similar a las puertas mudéjares de San Basilio, la torre de la desaparecida puerta de Las Cuevas o la torre sureste del Castillo, levantados con una base de mampostería de cal y piedra caliza y en la parte superior destaca de mampostería que se alterna con las esquinas hechas en ladrillo macizo y los paños lisos de mampostería alternando con verdugadas de ladrillo.
El hallazgo de la torre primitiva embebida en la actual supone que en el periodo altomedieval de construcción mudéjar de la muralla no había contacto entre la torre y la iglesia de Santiago, produciéndose dicha unión con las obras de mejora y ampliación de las murallas que se realizaron con la llegada de la casa ducal de Alburquerque a Cuéllar.
Importante es la “vista de pájaro” que se puede disfrutar de la ciudad medieval desde la terraza superior de la torre donde con paneles interpretativos se pueden identificar los monumentos más importantes de la Villa, así como el entorno comarcal, “el mar de pinares” y la sierra del Guadarrama.