Acompañando a la muralla de la ciudad se levantó una contramuralla que va en paralelo con la muralla por su lado externo, aunque ésta de menor tamaño (70 cm de espesor frente a los cerca de 3 metros que tienen las murallas). En el tramo de la calle de las Cuevas se ha recuperado con la reciente restauración desde la puerta de Las Cuevas hasta el convento de los Trinitarios.
La contramuralla conserva ocho merlones originales en los que se puede ver que se construyeron con el sistema de encofrado de tapial, donde los tablones tendrían una anchura de 26 cm formando almenas rectangulares de 85 cm de anchura por 95 cm de altura quedando un hueco o cañonera entre almenas de 50 a 55 cm.
También se pueden ver a lo largo del recorrido por la liza las saeteras que iban en dos alturas con formas rectangulares muy alargadas.
La liza o espacio entre la contramuralla y la muralla tiene una anchura que varía a lo largo de su recorrido entre los 4 y 5 metros.