A pesar de que no existe documentación gráfica sobre el conjunto defensivo de esta puerta, su origen se remonta al siglo XII, según puede apreciarse en los restos mudéjares que se conservan en el torreón de la desaparecida puerta (esquinas y verdugadas de ladrillo entre el muro de tapial de cal y canto).
La torre por su exterior se construyó con un zócalo de mampostería de cal y canto con esquinas de sillares calizos que ocupaban los primeros 4,6 metros de su altura, pasando a ser un muro de mampostería donde aparecen verdugadas de ladrillos cada 110 cm y las esquinas de la torre también se remataron con ladrillos.
En la base del interior de la torre mudéjar se conservan interesantes restos del sistema constructivo original, pudiendo apreciarse las huellas dejadas por los tablones que formaba el encofrado de madera y la alternancia que tenían los cajones para superponerse y entrelazarse una vez se iba levantando la torre. Así podemos confirmar que la altura de los cajones de los encofrados estaría entre los 120 y 126 cm y que cada tablón tendría una anchura de 26 cm. También se conservan algunos de los huecos de los mechinales donde iban las maderas que servían para sujetar los andamios o unir los tapiales.